jueves, 16 de enero de 2020

¿Qué origina realmente al cáncer de pulmón?










                             

¿Qué origina realmente al cáncer de pulmón?


Respecto al cáncer de pulmón, bronquial y de mediastino. Lo que dice la medicina clásica y lo que demuestra la Nueva Medicina Germánica.
Por el Dr. Vicente Herrera

El enfoque de la medicina clásica

Desde inicios de la década de los setenta hasta la actualidad, la incidencia del cáncer de pulmón en varones no ha dejado de aumentar en el Estado Español: desde unas tasas de mortalidad de 30 por 100 mil, hasta tasas superiores a 65 casos por 100 mil. La medicina convencional, basada en una evidencia fáctica, atribuye la causa de este tumor al hecho de fumar: “el tabaco contiene cancerígenos que desestabilizan las células de los pulmones y las convierten en inmortales”. Sin embargo, algunos hechos llaman la atención:
si observamos el consumo de cigarrillos/habitante/año, éste no ha variado en estos últimos años. A pesar de ello, se considera al tabaco como causante de este cáncer, porque el 80% de enfermos son fumadores o lo han sido.
Sin embargo, si añadimos otra variable, a saber, el número de varones desempleados en esta franja de población durante los mismos años, apreciamos un resultado estadístico sorprendente: entre el porcentaje de parados sobre la población activa, y las tasas de mortalidad por cáncer (tráquea, pulmón y bronquios), la asociación estadística es mucho más potente que con el tabaco.
El cáncer de pulmón, desde la medicina convencional engloba diversas estirpes de tumores: adenocarcinomas, diferentes tipos de carcinomas bronquiales, y carcinomas de células indiferenciadas, y clasifica estadios de gravedad y extensión según normas internacionales. La causa de estos tumores se atribuye, como se ha dicho, a la acción de cancerígenos presentes en el tabaco y a factores genéticos o a la combinación de ambas presencias. Se han aislado anomalías genéticas en enfermos de estos cánceres, por lo que se efectúan tests genéticos para determinar el riesgo en personas sanas, aunque en la práctica, la única recomendación es la de abandonar el tabaco lo más pronto posible.
En relación al tratamiento, la quimioterapia, radioterapia y cirugía son las armas empleadas contra este mal.

El enfoque de la Nueva Medicina Germánica

Desde el enfoque que propone una medicina conectada (psique, cerebro y órgano) y, teniendo en cuenta los elementos que se han enunciado en la misma, el cáncer de pulmón que, efectivamente se muestra en diferentes formas anatómicas, puede ser la
respuesta de tres tipos de conflictos biológicos que se pueden presentar aisladamente o en combinación:
  •  El adenocarcinoma de pulmón,
  •  El carcinoma de mediastino (situado en el área traqueal y peribronquial), y
  •  El carcinoma intrabronquial.
Para cada uno de estos tumores hay que identificar las pautas de comportamiento que se hallan afectadas, localizar el tipo de células diana que responden a esta información en cada una de las dos fases del conflicto, y finalmente, localizar las áreas cerebrales que constituyen el interface entre la psique y los órganos.
Siguiendo el transcurso de la evolución filogenética, el primer tumor que encontramos es el adenocarcinoma, que rememora el conflicto de “no poder atrapar el aire” para respirar. En la especie humana, este conflicto, aparece ante una situación en que existe una amenaza de muerte propia o de muerte de una persona querida: “conflicto de miedo a morir”. Las células alveolares del pulmón, que derivan embriológicamente del intestino, proliferan en la fase activa del conflicto y forman nódulos pulmonares. El sentido de este crecimiento es formar más pulmón para, así, poder captar más aire. El área cerebral implicada en este
control se localiza en el cerebro antiguo, situado en el tronco del cerebro, junto al IV ventrículo.
El reles o centros de control en el tronco cerebral son:
# 2 Alvéolos pulmonares derechos   # 21 Alvéolos pulmonares izquierdos.

El carcinoma de mediastino peritraqueal y peribronquial rememora el conflicto biológico de “miedo frontal”. El sujeto de este miedo ve delante de sí mismo al depredador que acecha. En la especie humana, aparece ante acontecimientos que provocan un peligro evidente y que son conocidos, por ejemplo ante el mismo diagnóstico de un cáncer. Las células implicadas proceden de los restos embrionarios de las branquias, que en su origen filogenético servían para separar el oxígeno del agua. Estas células epiteliales se ulceran en la fase activa del conflicto, para enquistarse en la fase de solución. Teniendo en cuenta la intensidad y duración del conflicto, el crecimiento celular que se observa en el enquistamiento puede ser muy importante. El área cerebral que interconecta ambos niveles, se localiza en la parte anterior de los lóbulos frontales.


El carcinoma intrabronquial rememora el conflicto biológico de “amenaza de pérdida del territorio” o “miedos en el territorio”. Este tipo de conflicto aparece ante la posibilidad de perder el espacio o el contenido del territorio; en la especie humana: la casa, el trabajo, los hijos/as, la mujer o la amante. Las células implicadas en esta respuesta biológica se encuentran en los bronquios donde transportan el aire y otras se especializan – las ciliadas – en la limpieza y drenaje de detritus. El área cerebral implicada se localiza en la corteza cerebral en el lóbulo fronto-lateral derecho.
Este último caso toma especial relevancia, ya que, la medicina oficial lo atribuye mayoritariamente al tabaco. Pero desde el punto de vista de la medicina conectada, se asocia al mecanismo por el cual se fuma, no al tabaco precisamente. El mecanismo de fumar es un acto reflejo que trata de aliviar la tensión provocada por pequeñas “amenazas de pérdida de territorio” en la vida diaria. Este conflicto es expresado en personas más predispuestas a un tipo de conducta defensiva.

Es interesante observar la vida animal: el macho rebufa para expulsar al invasor que trata de arrebatarle su territorio, y la hembra emite el sonido de una inspiración de pánico.
La pauta de conducta observada en los fumadores (las mujeres se van añadiendo paulatinamente a este hábito), es provocada por un aumento de su sensibilidad ante la “amenaza de pérdida de territorio”. Dicho conflicto sería la causa de los cambios celulares – cáncer de bronquios -, como anteriormente se ha expuesto. Desde un punto de vista estadístico la variable-tabaco ejerce un efecto sobre la variable-cáncer. Pero ocurre que, la variable conducta ejerce a su vez un efecto sobre la variable tabaco y a su vez sobre la variable cáncer. Por este motivo, la variable-conducta se encuentra subyacente en esta relación y se considera confundidora, tal como se observa en situaciones de riesgo a perder el territorio. Así es como lo muestran las estadísticas del paro en los últimos años.”

Adendum

En un estudio a gran escala que duró varios años, miles de hámsteres fueron expuestos constantemente a humo de cigarrillo, mientras que animales de control no lo fueron. Los investigadores descubrieron que ni un solo animal manifestó carcinoma bronquial o cáncer de pulmón. Simplemente les faltó saber el hecho de que los hámsteres viven bajo tierra y no tienen miedo absoluto al humo. Es por eso que no tienen un código en sus cerebros, ninguna luz de alarma en contra del cigarrillo.
Con los ratones caseros es exactamente al revés. Sufren de un susto de muerte agudo con la menor cantidad de humo y huyen. De hecho, en tiempos medievales, cuando se observaba un enjambre de ratones corriendo fuera de una casa, se sabía que en algún lugar había fuego. Algunos de estos ratones de hecho pueden desarrollar cáncer de pulmón, disparado por un susto de muerte.” Asimismo que “Los nódulos pulmonares en curación eran también usualmente diagnosticados como tuberculosis pulmonar. Ahora son diagnosticados cada vez como cáncer pulmonar. De esta forma la tuberculosis ha disminuido (como enfermedad) y el cáncer se ha incrementado.

Imágenes recopiladas del libro del Dr. Hamer, El testamento de la nueva medicina germánica, por el Dr. Roberto A. Guerrero.

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