martes, 30 de enero de 2018

Medicina del Alma. NMG























Hemos llegado a un punto en el que es necesario hacer algo drástico; pero¿qué? Ese es nuestro problema. 
Lo que se debe hacer depende de los síntomas del paciente y de aquellos que son responsables del paciente. 
¿Percibe usted que necesita una operación? 
Veo que necesitamos una operación drástica, pero ¿quién va a ser el cirujano? 
Cada uno de nosotros es el cirujano y el paciente; no hay autoridad externa que vaya a manejar el bisturí. La percepción misma del hecho de que es necesaria una operación pone en movimiento una acción que por sí sola será la operación. Pero, si ha de practicarse una operación, eso conllevará considerables perturbaciones, desarmonia, ya que el paciente tendrá que abandonar su forma de vivir rutinaria. La perturbación es inevitable. Eludir cualquier perturbación de las cosas tal como son es tener la armonía de la tumba, que está bien cuidada y aparentemente en orden, pero llena de oculta putrefacción. 
¿Es posible, estando constituidos como lo estamos, operar sobre nosotros mismos? 
¿por qué no retira su mano y deja que la operación se desarrolle? Si no le pone obstáculos, fluirá sangre limpia, sana. 
J.K.

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